Un gobierno más grande no siempre significa menos emprendimiento
La sabiduría convencional sostiene que hay un equilibrio entre un estado de bienestar expansivo y el dinamismo de la economía de un país. Un gobierno más grande se interpone en el camino del emprendimiento, la idea continúa, frenando así la innovación y la creación de empleo.
Hay datos que parecen confirmar esto; las investigaciones han encontrado una correlación negativa entre el nivel de gasto público de un país y su tasa de creación de nuevas empresas. Pero un nuevo artículo de un investigador del Banco Mundial añade un matiz muy necesario a la conversación, señalando que no todos los gastos del gobierno son iguales.
Es intuitivo que los diferentes tipos de gasto tendrían diferentes efectos en el emprendimiento. Un dólar gastado en I+D universitaria podría estimularlo, mientras que un dólar gastado en subsidiar a una empresa tradicional podría hacer lo contrario.
Con esto en mente, el estudio busca distinguir entre el gasto en subsidios corporativos y todo lo demás. Esto es difícil de medir directamente, por lo que el documento analiza el gasto público en sectores que suelen recibir tales subsidios: «agricultura, silvicultura (madera), caza, pesca, vida silvestre, energía y combustible, manufactura, minería y defensa». Con ese poder en mano, el documento utiliza los datos de la encuesta para comparar la probabilidad de que las personas funden una startup con la participación de su país en el gasto público que corresponde a estos sectores.
La idea es que es más probable que los subsidios a las empresas privadas desalienten la actividad empresarial al aumentar las barreras a la entrada, y que el gasto en subsidios podría desplazar potencialmente un gasto más útil en temas como la educación.
«Muchos subsidios agrícolas e industriales caen dentro del ámbito del sector privado», dijo Asif Islam, autor del periódico. «Y es realmente difícil argumentar a favor de suficientes fallas del mercado para justificar la intervención del gobierno».
Para medir con precisión el tipo de emprendimiento más interesante para los responsables políticos, el documento se centra específicamente en las startups de crecimiento, definidas como empresas que esperan crear 10 o más puestos de trabajo en los próximos cinco años. (Esta es una forma común de filtrar el empleo por cuenta propia y otras pequeñas empresas que contribuyen menos al crecimiento del empleo y la productividad).
Como era de esperar, existe una correlación negativa significativa entre la proporción del gasto en estas industrias propensas a las subvenciones y la tasa de emprendimiento. Pero lo más interesante es el hecho de que la relación negativa entre el gasto público general y el espíritu empresarial ya no es estadísticamente significativa una vez que se controla el gasto en estos sectores. (El documento también controla una variedad de otros factores, incluido el nivel de desarrollo de los países y la calidad de sus instituciones). En otras palabras, si bien un mayor gasto en los sectores mencionados se asocia con una menor iniciativa empresarial, el gasto en todo lo demás (educación, atención médica, etc.) parece no serlo.
La conclusión del Islam es que «los subsidios privados pueden desplazar la actividad empresarial». Pero igual de importante es el recordatorio de que no existe una relación simple y universal entre el dinamismo económico y el tamaño del gobierno.
Por el contrario, los distintos tipos de gastos tienen efectos diferentes. Esto es de sentido común, pero puede perderse en más discusiones ideológicas sobre política de innovación. Algunos gastos pueden ayudar, otros pueden perjudicar, pero crear una economía dinámica y emprendedora no es solo cuestión de que el gobierno se aparte del camino.