Antes de venir a HBR, pasé una docena de años como editora en tiempo, la icónica revista de noticias. Publicábamos semanalmente, y el ritmo acelerado parecía fomentar el pensamiento a corto plazo. Casi todos en la organización trabajaron principalmente en el tema de esa semana, incluso cuando los nuevos competidores (que eran principalmente digitales) empezaron a desvanecerse en nuestro modelo económico. Tiempo ha sobrevivido, pero es mucho más pequeño de lo que era antes y su competencia sigue siendo feroz.
En HBR dedicamos miles de horas de trabajo a cada número de la revista (así como a nuestro sitio web y libros). Pero gran parte de nuestra energía no se dedica a estos productos actuales sino a proyectos a largo plazo que nos ayudarán a desarrollar innovaciones que impulsarán nuestro negocio hacia el futuro. Lo mismo ocurre en tu empresa, espero.
La realización de iniciativas ambiciosas con plazos ampliados puede ser un desafío, una realidad que aborda el Spotlight on better project management de este número. «Cuando los ejecutivos ignoran la gestión de proyectos, los productos se lanzan tarde, las iniciativas estratégicas no dan resultados y las transformaciones de la empresa fracasan, lo que pone en grave riesgo el futuro de la organización», escribe Antonio Nieto-Rodríguez, ex presidente del Project Management Institute, en Artículo principal de Spotlight.
Hay ocasiones en las que hacer malabares con los proyectos puede ser un lastre, con más reuniones, más ambigüedad y más riesgo de fracaso. Pero las organizaciones que invierten poco en proyectos se enfrentan a un futuro limitado, por lo que es imprescindible encontrar formas de ayudar a tu gente a ejecutarlos mejor.