Los sentimientos de poder prompt a los líderes a dominar verbalmente y a oponerse a las ideas de los demás, según una expedición al Everest simulada por computadora dirigida por Leigh Plunkett Tost, de la Universidad de Michigan; Francesca Gino, de Harvard; y Richard P. Larrick, de Duke. Como resultado, el rendimiento del equipo se ve afectado: los equipos a cuyos líderes se les pidió que «pensaran en un momento en el que tenías poder sobre alguien» alcanzaron solo el 59% de sus objetivos, frente al 76% de los demás equipos. Las empresas podrían contrarrestar este efecto recordando a los gerentes la importancia de los subordinados y alentando a los trabajadores a cuestionar a los jefes autoras.
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