Fuentes Imagen cortesía de Colecciones históricas de la biblioteca Baker; Dorothea D. Reeves, «The Jost Amman Print», en The Business History Review, vol. 33, n.º 2; Donald T. Clark, «La alegoría del comercio de Jost Amman, o el mundo de los negocios en el siglo XVI», en The World of Business, vol. IV (Simon y Schuster, 1962)
El metaverso no es el fin de las ciudades. Más bien, esta evolución del mundo digital debería verse como un complemento del mundo físico y las empresas deberían desarrollar sus estrategias de ubicación para maximizar el potencial tanto de las megaciudades que se han convertido en centros de talento e innovación como de las nuevas oportunidades que presenta el metaverso. Al desarrollar esta estrategia, las empresas deberían pensar en el mundo físico y el metaverso como canales, los cuales son buenos para comunicar diferentes tipos de información. El mundo real es bueno para crear conexiones emocionales, mientras que el metaverso es mejor para transmitir grandes cantidades de información. Como tal, las empresas deben adaptar sus estrategias de consumo y oficina para aprovechar los puntos fuertes de ambos canales.