Reimpresión: F0903D
Los mejores libros de negocios de los últimos 30 años ofrecen consejos sencillos pero profundos para superar cinco desafíos recurrentes. Las lecciones son sorprendentemente similares a las aprendidas por los héroes de la mitología y la cultura popular.
Al igual que Hércules, Luke Skywalker y Jack Welch, todos luchamos con cinco desafíos recurrentes a medida que recorremos el trabajo y la vida: vagamos sin saber hacia dónde vamos. Los datos y las circunstancias nos confunden. El miedo nos impide actuar. El cambio nos paraliza. Y a pesar de nuestras mejores intenciones, hablamos más de lo que escuchamos.
Un examen de la escritura empresarial de los últimos 30 años muestra que estos desafíos surgen una y otra vez, y los mejores libros ofrecen lecciones sencillas pero profundas para superarlos: encontrar un propósito claro. Tenga en cuenta que la experiencia pasada y una gran cantidad de información pueden interferir con las decisiones acertadas. Mantenga un sesgo hacia la acción. Estate abierto al cambio. Busque retroalimentación.
En la década de 1980, por ejemplo, Thomas Peters y Robert Waterman En busca de la excelencia mostró cómo las empresas ejemplares inculcaron un sesgo para la acción al reemplazar los informes, los comités y los protocolos por conversaciones frecuentes y prototipos implacables. En la década de 1990, Robert Kaplan y David Norton El cuadro de mando equilibrado demostró cómo el uso cuidadoso de los datos puede respaldar el buen juicio. Y en 1999, Thomas Friedman El Lexus y el olivo describió cómo el cambio, en forma de globalización, puede liberar en lugar de paralizar.
Las cinco lecciones se alimentan mutuamente. La claridad de propósito proporciona sabiduría en la toma de decisiones, lo que informa la acción, lo que crea el cambio, mientras que la retroalimentación hace que todo funcione mejor. También resuenan con las etapas del «viaje del héroe» hecho famoso por el estudioso de mitología Joseph Campbell. Los héroes arquetípicos del mito y la cultura popular recorrieron más o menos el mismo camino que Jack Welch.
Es dolorosamente obvio que las empresas fracasan continuamente en absorber estas sencillas lecciones. La pregunta es, ¿qué nos llevará interiorizar las ideas ganadas por nuestros héroes?